Sentado al costado del mar mirando el ocaso
mientras las estrellas caían al mar
y el cielo sin luz lentamente agonizaba
observe huellas que se dibujaban en el agua
tome el bote y navegue para ver hasta donde me podían llevar
navegue horas y horas,
parecía un camino sin fin,
por fin el sur alcance a divisar una silueta
me mostraba una mujer
tan blanca, y brillante, tan hermosa y apacible;
observaba sus ojos pero no podía ver su rostro
intente tocarla pero era solo agua, solamente era un espejismo...
quizás provocado por la irritante sed de amor
que hace delirar y naufragar tantos navegantes
que vagan por el mar de la vida
algunos vuelven a la orilla del mar pero otros pocos
nos dejamos llevar por estos espejismos, aunque nunca
encontremos la realidad siempre vagaremos durante las noches
con las estrellas como brújula y como horizonte un Espejismo Lunar.