son esas notas llenas de una armonía que parte del corazón de dos almas, en su desespero por encontrar el camino correcto recorren cada línea del pentágrama, llegando así hasta el momento de encontrar ese silencio prolongado, ese acorde perfecto ligado al miedo desconcertarte del compositor, ese miedo que no permite reconocer exactamente en qué compás, en que tiempo debe continuar esa armonía que abarcara la inmensidad, siendo así recordada por voraces preludios y sedientas sinfonías que hablan de ese amor, esa obra perfecta, esos acordes perdidos en el aire que esperan para ser escuchados. DFG
1 comentario:
me encanto, hay melodías que simplemente nos llenan el alma.
besos y gracias por tus hermosos comentarios.
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